Teología Pop

Proximidad humana en el presente y luego, solo luego, el Paraíso.

base a la advertencia de Tillich, concluimos que no es suficiente que nuestro entendimiento escatológico promueva la verdad, que sea real o responda a nuestra ortodoxia. También tiene que movilizarnos a búsquedas más profundas. Tomando prestado de su lenguaje, diríamos que no es una ambición utópica la de procurar la correlación entre verdad y relación: el anhelo de relacionarnos con aquello que entendemos como absolutamente verdadero.

Decía el teólogo Paul Tillich que peor que llegar a la conclusión de que Dios no es, o que podría no ser, es saber que es y que no nos importe.

Ante la inhumanidad, la respuesta no es la reciprocación primitiva y violenta, sino una mayor humanidad.

¿No sería mejor aprender a percibir en nuestras calles —rocosas, imperfectas, destruidas o incluso bañadas en sangre— una motivación para compartir el mensaje de esperanza que nos ha sido dado? ¿De qué nos sirve una escatología que nos ocupa solo provisionalmente, pero a expensas de una cotidianidad que nos aburre?

Hagamos estallar todos estos entendimientos irracionales sobre el fin que nada tienen que ver con la restitución plena de los santos en su encuentro definitivo con Jesús.

calles de oro que aguardamos serán una mera ornamentación estética.

Si las calles no son un lugar transitable para el encuentro con mi hermano/a, las futuras

como si Serling quisiera decir que no hay tal cosa como víctimas unilaterales en la indiferencia generalizada en la que vivimos. Todos/as perdemos.

Hemos erradicado la catarsis y creo que necesitamos reaprender a lamentarnos.