Segundos después, el cuerpo de Johnny se tensó visiblemente.
—¡¿Qué?!
Lanzó la bolsa de hielo al suelo y cerró las manos en puños a los costados mientras se giraba para mirar por el cristal, lo que reveló el número trece en su espalda.
Dio un paso adelante, pero se detuvo justo en la puerta cuando Gibsie le puso una mano en el hombro.
—¡Estás de broma, joder! —rugió, en respuesta a lo que sea que su amigo le estuviese susurrando al oído.
Johnny giró la cabeza en dirección a Ronan antes de volverse rápidamente hacia mí.
Posó la mirada en mi cara y, joder, parecía hecho un basilisco.
Fue solo una mirada fugaz y enseguida volvió su atención a Ronan.
Esa vez escuché claramente lo que decía.
—Voy a darte cinco segundos de ventaja, pedazo de gilipollas —rugió a través del