Por un lado, vivimos en un insomne mundo de comercio e información, pero, por el otro, se nos insta cada vez más a dormir el número correcto de horas de sueño ininterrumpido y de calidad. Está claro que una cosa y otra no son compatibles, y entre esos dos imperativos contradictorios se abre un espacio en el que se puede ganar mucho dinero.