Purgar las cavidades nasales y recoger el líquido para recuperar polen, esporas u otros desechos puede proporcionar información vital sobre el entorno en el que el fallecido respiró por última vez. Cuando logramos identificar el polen de una planta determinada dentro de las cavidades nasales, el hallazgo puede indicarnos que la víctima murió en un lugar distinto a donde se encontró el cuerpo.