Como ha demostrado este viaje por el cuerpo humano, el trabajo de un antropólogo forense no es crear la historia de una vida, sino intentar encontrar y entender la historia que lleva escrita en los huesos, los músculos, la piel, los tendones y en cada fibra de su ser. Debemos ser el puente entre el incidente espantoso, trágico o simplemente triste que acabó con su vida y la devolución del cuerpo en el que la vivió a quienes despedirán a un ser querido y su historia.