»Por favor, Dios Todopoderoso, ¡dime quién eres! Te suplico a Ti y solo a Ti. Solo Tú puedes rescatarme. A Tus pies rindo todo lo que he aprendido y te doy mi vida entera. Quítame lo que quieras, ya sea mi gozo, mis amigos, mi familia o incluso mi vida. Pero permíteme tenerte a Ti, oh Dios.
»Ilumina el sendero