—Los años le han sentado muy bien, ¿no te parece? —le preguntó Angie.
—Hablas de él como si fuera un viejo —replicó ella ofendida—. Sólo tenemos veintinueve años, no es como si se acercara ya el final de nuestras vidas.
Stephanie, la más pequeña de las tres hermanas, aprovechó ese momento para acercarse a ellas e intervenir.
—Bueno, creo que sí estás en las últimas a esa edad si eres una mujer y sigues soltera —le dijo mientras le daba un codazo—.