El Corazón de la Bestia

Perros, gatos, serpientes, cucarachas, no hay límite. Vegetales, plantas, árboles. Todos hablan. Los seres humanos sabíamos escucharlos, pero el exacerbado materialismo nos ensordeció: anulamos la intuición y perdimos la comunicación interespecies.

Los animales nos explican cosas.

Nace una estrella
Santiago Rosero

Por no haber tenido padre, Ana no quiso tener hijos, y acaso debido a eso la tarde en que su sobrino apareció de sorpresa con una mona bebé, minúscula y afelpada como un peluche, pensó, no sin antes mirar al cielo en espera de una iluminación, que quizá ese animal silvestre podía convertirse en la hija que nunca habría de tener.

Ana Burbano nació hace 60 años en Ambato, una ciudad con 155.000 habitantes que queda a 150 kilómetros al sur de Quito, en la Sierra centro de Ecuador.

Un día lloras impotente y desesperado. Y piensas: la humanidad se reproduce por la desinformación: porque nadie te advierte el peso y el costo de la crianza.

moderado”.
—Hay que entender en qué contexto estamos hoy. La primera pregunta es por qué surge este gran interés por los animales, y es porque estamos en un contexto de crítica al antropocentrismo. La idea de que la especie humana es superior, y que los animales están a disposición de los humanos para alimentarnos, está siendo sometida a una crítica, especialmente con el cambio climático.

Los griegos las equipararon con el alma que tras la muerte se aleja del cuerpo: la palabra psique significa alma y mariposa.

Emiliano Ruiz Parra,
Santiago Rosero y Lina Vargas

Y lo comprendo: en esta época de redes sociales y videos virales solamente escribir un texto, sin pretender monetizar sus vistas, es pérdida de tiempo y dinero.

Desde el momento en que te asumís como parte de una diversidad, la idea de excepcionalidad desaparece”.

idea de la velocidad, en la forma en que los conceptos acerca de cuestiones sociales, políticas y culturales cambian y, con ellos, las relaciones que los humanos establecen entre sí y con el entorno, si es que puede llamarse así a lo que es no-humano.

nuestras sociedades, entonces, los animales dejaron de ser necesidad, se volvieron capricho —pero seguimos viviendo entre animales. Solo que ahora son puro despilfarro, otro de nuestros lujos. O, quizás, una medida de muchas soledades: los perros sirven, sobre todo, como vectores de ese amor que tantos no saben a quién dar ni de quién recibir. Tratándose de amor, el negocio es seguro