—¡Mira hacia delante!
—Creo que no lo haré. Y vamos a morir los dos aquí, solitos y juntitos. Qué romántico.
—¡Que mires hacia delante, Rhett!
—Relájate. Voy a diez por hora. Es imposible matarse a esa velocid…
—¡MIRA HACIA DELANTE!
—¡Vale, vale! —Él centró su atención en la carretera, divertido—. Pero tengo que coger algo de ahí.