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Irvine Welsh

Señalado por la muerte

El episodio final de la saga Trainspotting. Irvine Welsh se despide a lo grande de los icónicos Renton, Begbie, Sick Boy y Spud. 
Estamos en 2015 y los destinos de Renton, Begbie, Sick Boy y Spud vuelven a cruzarse. Es decir: tenemos de nuevo reunido al cuarteto protagonista de Trainspotting en lo que el autor ha anunciado como «el Grand Finale de la saga».
Renton es ahora un exitoso representante de DJs que viaja por todo el mundo y se topa en un vuelo transatlántico con Begbie, reconvertido en artista de éxito, hombre casado y padre de familia. A los otros dos no les ha ido tan bien en la vida: Sick Boy sigue en lo del negocio de explotación del cuerpo femenino y Spud es una suerte de mendigo profesionalizado que pide dinero por las calles acompañado de su perro. Las cosas empiezan a complicarse con un turbio asunto de tráfico de órganos y riñones donados o robados, a lo que se suma un cadáver y la aparición de algún que otro secundario de lujo como el taxista priápico Terry Lawson, viejo conocido de los lectores fieles de Welsh.
Y así, a un ritmo acelerado que no da tregua, nos deslizaremos por una enloquecida montaña rusa de sexo –explícito y a veces grotesco cómico–, drogas –en todo su amplio espectro–, alcohol, sátira social, reflexión sobre el paso del tiempo y las dudosas probabilidades de madurar, y desenfreno y delirio en cantidades industriales.
En esta novela los protagonistas han alcanzado la mediana edad, pero ¿los ha hecho eso más sabios? ¿Han sentado cabeza? ¿Han aprendido algo de la vida? Esta nueva entrega y broche final de las andanzas de los ya icónicos personajes de Trainspotting no defraudará a los seguidores de Irvine Welsh, que sigue en plena forma y dispuesto a dar caña y guerra.
454 printed pages
Original publication
2023
Publication year
2023
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Quotes

  • A.has quotedlast month
    Los últimos días han sido muy confusos. Viajes, cambios de hora, falta de sueño. Tengo la impresión de estar al teléfono todo el tiempo, sin avanzar nada. Muchteld, desde la oficina de Ámsterdam, llama cada vez más preocupada. La mierda de la banca a distancia: no funciona con tanta facilidad cuando vas de país en país. Me he pasado la mayor parte de la tarde hablando con mi banco en Holanda, el ABN AMRO, para que me hagan una transferencia a mi cuenta estadounidense del Citibank. Y, por supuesto, sacar dinero es un puto jaleo por culpa de... los putos bancos.
  • A.has quotedlast month
    Por supuesto, tiene razón; las putas con más éxito son las que actúan como si no lo fuesen. Por eso las señoritas de compañía de alto nivel ganan una pasta gansa: son maestras en el trabajo emocional. Conrad cree que en Las Vegas hay demasiadas forasteras de polvo rápido, en lugar de profesionales con las que repetir. Me mira malhumorado mientras abre una bolsa de patatas de mi bien provista cocina. Su suite queda al lado y seguro que ya se ha zampado todo lo que había en ella, aparte de haber asaltado el servicio de habitaciones. «Apáñame a la tal Brandi esta noche», dice, cogiendo una barrita energética antes de irse.
  • A.has quotedlast month
    No puede dejar de comer, literalmente. Es pura gula, porque se infla de fumar hierba. Ahora, a los veintidós, el capullo es una bola de sebo sin aliento. ¡Se me obstruyen a mí las arterias solo de ponerme a su lado!

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