En Watching the Detectives, Kennedy recopila una vasta selección de imágenes de ese delirio colectivo, transfiriéndolas a una película analógica de 16 mm para construir un fascinante collage abstracto y mudo, que evoca los mecanismos de fabricación de las fake news. Su obra se aproxima más al cine experimental que al documental narrativo, generando una reflexión visual sobre la histeria colectiva y la sobreexposición mediática. Por otro lado, Galibert-Laîné, célebre por sus aportaciones al subgénero contemporáneo del desktop documentary –documentales rabiosamente modernos, realizados con la única ayuda de un ordenador personal, sin usar cámaras de vídeo o sistemas de captación de sonidos externos–, presenta en Forensickness una combinación de imágenes de los atentados con materiales de diversa naturaleza como fragmentos de películas, fotos, textos filosóficos y canciones descargados de internet, evocando una forma de navegación dinámica y multimodal entre contenidos. El formato de 16 mm de Watching the Detectives la hace idónea