Las cosas solo suceden a quien sabe contarlas, dice el narrador de este libro. Un narrador que recuerda sus inicios como librero y editor, o sus viajes con un viejo poeta, siguiendo a un torero gitano que se llamaba Rafael. O que vuelve al pueblo de su infancia para oír las historias de los viejos en una taberna imaginaria, y compartir una velada más con su madre tras visitar la tumba de su hermano.
Ese narrador que pisa el bosque quemado alrededor de la casa de su niñez es Manuel Arroyo-Stephens, fundador de esta editorial que hoy recoge sus relatos sin saber si son novela o autobiografía, o quizá una historia reciente de España hecha de amigos, libros, charlas y viajes.