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Curtis Sittenfeld

  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    ¿No es curioso? Porque piensa en los quebraderos de cabeza que tuve que sufrir durante el instituto por volver de una cita a las cinco de la mañana. Y solo veinte años después, mira: mamá igual está incluso emocionada
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Hacía algunos años que Liz había llegado a la conclusión de que Mary no era lo suficientemente interesante como para ser lesbiana. Todos los gais que conocía ella en Nueva York, tanto hombres como mujeres, sobresalían un poco de la media (eran un poco más considerados, elegantes o divertidos), aunque tal vez, reflexionó, era Nueva York en sí y no la homosexualidad lo que les confería aquel atractivo extra
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    ¡Fred! —dijo, a pesar de que era la primera vez que se veían—. ¿Cómo estamos hoy?
    El señor Bennet leyó el nombre en la solapa del enfermero y respondió con entusiasmo fingido:
    —¡Bernard! Pues aquí estamos: llorando la muerte de los buenos modales y el auge de los tratamientos de excesiva familiaridad. ¿Y tú qué tal?
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Hace como que trabaja, pero creo que es uno de esos que se limitan a mover de aquí para allá montones de dinero de la familia». Una década después, cuando su padre se hubo «jubilado», a Liz le habría gustado no preguntarse cruelmente «¿Jubilado de qué?».
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Por más interesante que me resulte esta conversación, me ha surgido un asunto importante. Necesito una hamburguesa
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    El hierro de la hamburguesa te irá bien, papá —dijo Kitty—. No te comas el pan y punto.
    —Eso sería como asistir a un espectáculo de burlesque con un ojo cerrado —respondió el señor Bennet
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    lo general a Liz le resultaba menos chocante que veinte años después del instituto continuase siendo en esencia la misma persona, el yo que había sido mientras crecía, libre de responsabilidades conyugales o maternales, que el hecho de que casi todos hubiesen cambiado, evolucionado y se hubieran multiplicado
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Pero si su aversión a tener hijos no le planteaba ninguna duda, tenía menos claro su estado amoroso. A veces se preguntaba por qué nadie aparte de Jasper le había arrebatado el corazón realmente, o quizá era más adecuado preguntarse por qué ella no se lo había arrebatado a otros
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    ¡Que Caroline y Darcy pensasen mal de Cincinnati o de sus habitantes! ¿Por qué iba a importarle? Pero, por alguna razón inexplicable, le importaba
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    La vulgaridad de sus hermanas pequeñas no sorprendió a Liz; de hecho, ella era capaz de apreciar un buen chiste guarro mejor que Jane o Mary. Sin embargo, la diferencia entre Liz y sus hermanas pequeñas era la falta de adecuación al contexto. Entre desconocidos, Liz jamás se habría comportado de una manera tan torpe y tremendamente burda, pero Kitty y Lydia siempre se comportaban igual con independencia de las circunstancias, de una manera que a ella se le antojaba a un tiempo lamentable y admirable
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