Jacqueline Rose

Es decir, que si hubiera sido sincera del todo con mi amiga, aparte de recordarle que el mundo necesita madres o, al menos, que algunas mujeres sean madres, y que ser madre no es en absoluto un acto antisocial, sino una de las banalidades de la existencia, tendría que haber añadido que anduviera con cuidado, porque las madres pueden llegar a desplegar auténtico sadismo.

En términos más sencillos, nacer —un acto que da fe, cada vez que se repite, de la tremenda fuerza física y mental de todas las madres— nos pone también sobre aviso de la irreductible fragilidad de la vida. Las madres necesitan protección, solaz y apoyo desde el mismo instante en el que se saben portadoras de nueva vida. En cambio, en vez de eso, una diría que son el peligro contra el que la empresa debe protegerse

aquí cabe hacer una puntualización feminista que es fundamental: el problema, para todo el mundo, pero sobre todo para los hombres, según escribe Adrienne Rich en su revolucionario Nacemos de mujer (1976), es que «la vida humana de este planeta nace de la mujer» (la primera frase del libro). «Hay algo que sugiere», sigue diciendo, «que la mente masculina ha estado siempre obsesionada con la idea de dependencia de una mujer para vivir»29

Las madres siempre fracasan. Y es parte central de mi tesis en este libro dejar claro que se trata de un fracaso normal, que no debe verse como una catástrofe, porque fracasar es parte de la tarea de ser madre

La ironía es palpable. Todo el mundo espera que las madres se encarguen más o menos por su cuenta del hogar —de lo que más se queja una y otra vez el feminismo, y con más razón—, pero hay una cosa de la que no las dejan encargarse: de ejercer de madres

Porque la solidaridad entre las madres, una solidaridad que trascienda los límites sociales y étnicos, no es algo que los países occidentales tengan ninguna prisa en promover

Se hace pinza con las mujeres, en cualquier punto del espectro en el que se encuentren —sin niños, con niños ilegítimos o con demasiados niños—, con una tenaza de acero cuya versión más reciente es la acusación de que el cambio climático es por culpa de las madres que se reproducen en exceso45

Rachel Cusk en A Life’s Work: On Becoming a Mother (2001

Melissa Benn escribió que, a veces, se diría que las madres contemporáneas están «encerradas en un silencio nuevo… Sabemos lo que hacemos, pero no hablamos de ello en público»53

una madre es una mujer cuyo lado sexual ha de ser invisible