El auge de la personalidad narcisista se refleja, entre otras cosas, en un cambio drástico en nuestro sentido del tiempo histórico. El narcisismo emerge como la forma típica de estructura del carácter en una sociedad que ha perdido todo interés por el futuro. Los psiquiatras diciéndoles a los padres que no vivan a través de sus hijos; las parejas casadas que posponen o renuncian a la paternidad, a menudo por razones prácticas valederas; los reformadores sociales que llaman a alcanzar el crecimiento poblacional igual a cero…