De este modo, algunos elementos del legado cultural, tan fácilmente reconocibles por los lectores rusos, resultan invisibles o difíciles de comprender para la gran mayoría de los lectores no eslavos. Es más, la presencia de la cultura rusa en sus obras dificulta su comprensión para un lector inexperto. Por esta razón, algunos críticos comparan a Nabokov con los escritores más difíciles, tales como Joyce, “who are said to employ a complex cultural setting, requiring from the reader a social background Nabokov never demands” (Ross 1979: 392), pero en sus novelas Nabokov “shamelessly plays with the ignorance of the non-Slavic reader” (Tammi 1985: 256).