David Muñoz Mateos

  • Edna Monteshas quoted2 years ago
    Entender cómo nos sobreponemos a las circunstancias y de dónde vienen los obstáculos y qué nos impide ver nuestras capacidades requiere considerar dos cuestiones importantes. La primera es el comportamiento en el desastre de la minoría que ostenta el poder, habitualmente despiadado. La segunda son los prejuicios y las representaciones que transmiten los medios de comunicación, alzando ante nosotros un espejo cóncavo en el que resulta prácticamente imposible reconocer los paraísos, las posibilidades. Lo que creemos importa, y la imagen de nosotros mismos que nos devuelven los medios de comunicación y las élites pueden convertirse en una segunda ola del desastre, como ocurrió, con especial dramatismo, en los días posteriores al huracán Katrina, cuando se propagaron histéricos rumores de actos violentos y las personas en el poder respondieron con la fuerza, negando derechos y ayuda humanitaria, provocando así un gran número de muertes innecesarias. Estos tres elementos suelen entrelazarse en la mayoría de los desastres. Para dar con el que es verdaderamente importante —para vislumbrar ese paraíso posible— hay que comprender las fuerzas que lo ensombrecen, que se oponen a él, que, en ocasiones, consiguen hacerlo desaparecer.
  • Edna Monteshas quoted2 years ago
    El mapa de las utopías está plagado de experiencias que reciben multitud de nombres y que no dejan de expandirse. Solo hay que abrirlo un poco más para incluir también a las comunidades que nacen del desastre. Estas extraordinarias sociedades sugieren que, igual que muchas máquinas se reinician a sí mismas tras una caída de corriente, los seres humanos nos reiniciamos después de una catástrofe para volver a un estado altruista, comunitario, imaginativo y lleno de recursos, que regresamos a algo que, en realidad, siempre supimos hacer. La posibilidad del paraíso la llevamos dentro, como una especie de configuración por defecto.
  • Edna Monteshas quoted2 years ago
    Naturaleza humana parece implicar una esencia fija, un yo interno estable y universal. Ahora bien, aceptando que las naturalezas humanas son varias, modeladas a partir de la cultura y las circunstancias —que cada uno de nosotros contiene multitudes—, puede que el desastre nos demuestre no quiénes somos siempre, o quiénes somos de forma general, sino quiénes podríamos ser y tendemos a ser en tales circunstancias.
  • Edna Monteshas quoted2 years ago
    Este aspecto de la filosofía de James suele malinterpretarse como una especie de solipsismo facilón, similar a la noción New Age de que cada uno de nosotros creamos nuestra realidad (una burda manera de deshacernos de la cultura, la política y la economía: las realidades se crean, sí, pero no las crea un único individuo, sino los grupos, los movimientos, las ideologías, las religiones, las sociedades, la economía, además de las fuerzas naturales, todos operando durante largos periodos de tiempo).
  • Edna Monteshas quoted2 years ago
    Ahora bien, aunque no podamos crear mundos, estos tampoco aparecen sin nosotros; todos les conferimos forma, tanto en las relaciones más íntimas como en las instituciones más públicas y duraderas, que emergen siempre de acciones realizadas a partir de un determinado conjunto de creencias.
  • Edna Monteshas quoted2 years ago
    Creer esto es como creer que toda reunión de un número indeterminado de individuos los vuelve automáticamente locos: que la sociedad misma resulta esencialmente peligrosa. Antes de Le Bon, se denigraba a las masas insurrectas porque quienes las conformaban eran vistos como individuos trastornados o propensos a la criminalidad o por ser la mecha a la que el demagogo acercaba su cerilla. Le Bon plantea, en cambio, que es la propia masa la que genera una especie de locura irresponsable, mucho peor que la suma de sus partes. Y así, dado que el desastre saca a la población a las calles para buscar soluciones colectivas —comedores comunales, refugios de emergencia, cadenas humanas—, el desastre ha de ser también el germen de esa masa que tanta ansiedad le provocaba a Le Bon y los de su clase hacia finales del siglo XIX y principios del XX. Una ansiedad que nunca se ha ido del todo.
  • Edna Monteshas quoted2 years ago
    Piotr Kropotkin creía en la bondad esencial de la humanidad libre y veía en el Estado y en las instituciones coercitivas la fuente de todos los males sociales.
  • Edna Monteshas quoted2 years ago
    Ese tipo de ayuda no es exactamente mutua, sino altruista, pues la brindan extraños de todo el país que no necesitan ni esperan nada a cambio. O tal vez es mutua en su sentido más amplio: una forma de cohesionar una sociedad a partir de principios de compasión y generosidad. Lo que se recibe a cambio es la noción de pertenencia a una civilización caracterizada por socorrer a quien lo necesita.
  • Edna Monteshas quoted2 years ago
    Por otra parte, a pesar de que los comportamientos heroicos en momentos de crisis suelen ser los que más se oyen, lo habitual es que la ventana de oportunidad para realizar acciones significativas de valentía física resulte muy breve. Durante las semanas, meses o años que siguen al desastre, lo que de verdad importa para garantizar la supervivencia es la generosidad y la empatía.
  • Edna Monteshas quoted2 years ago
    En Halifax, Prince observó «la preferencia de los desplazados hacia un liderazgo y unas decisiones plurales» y «el resentimiento con que se toma la intrusión foránea en la dirección de las labores de socorro».[152] La gente prefería cuidarse mutuamente en vez de recibir cuidados de extraños, en vez de ser gobernada por otros.
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