Empero, estas imágenes no provienen de los científicos, sino de los escritores. Fue Mary Shelley quien creó al monstruo, no la ciencia. Aparte de ser una ironía, esto sugiere que, al menos en parte, la antipatía proviene de las dificultades que los no científicos tienen para entender la ciencia. De esto los científicos tienen parte de la culpa pues, con excepciones notables, su tendencia ha sido no dar explicaciones al público general. Sin embargo, el problema es más profundo. Muchos sospechan que el modo de pensar de los científicos no es normal, pues difiere mucho del común y corriente.