Pero este esfuerzo de difundir el conocimiento científico a todos los niveles, no obstante la sinceridad y el empeño de muchos profesores, no ha rendido frutos, según Shamos; más bien solo ha contribuido a la adaptación de los ciudadanos a una sociedad tecnologizada. Sin embargo, el uso de la tecnología o el conocimiento de la técnica no es cultura científica. Saber utilizar la computadora, la televisión o el horno de microondas no es saber de ciencia, no es participar de la empresa del conocimiento. La tecnología solo es el producto más visible y consumible de la empresa científica.