Alaleh Nejafian

hay lugares que se abandonan para no abandonarse a una misma,

amor sucede cuando, después de ese encuentro inicial, nos encontramos con la alteridad, lo que no nos gusta, lo que nos incomoda y nos pone ásperos. Y, aun así, algo de todo eso nos une. Para amar, más allá de la fascinación primera, hay que dejarse modificar, ir siendo con otro, encontrar en la diferencia otras formas posibles de estar, perderse un poquito.

nos hace vivir lo mejor y lo peor, nos entrega experiencias que elevan nuestra vida o la problematizan.

Al elegir amar, elijo hacer la vida más simple a quienes no son como yo, elijo proporcionar un refugio ante lo complejo de los días —que es mucho—, elijo que mi presencia sea una certeza de libertad y cuidado.

La separación es una regresión absoluta no solo a un estado de vulnerabilidad sino a la historia, la prehistoria de cada uno.

la separación nos deja sin piso

Todavía es más cruda la separación de un vínculo que se haya constituido como una fusión, donde probablemente el desamparo y el desgarro sean mayores.

Cómo evitar fusionarse en un mundo tan solitario y hostil cuando aparece alguien en el horizonte con la promesa de hogar y pertenencia?

mucho que desmantelar cuando se ha compartido parte de la vida y toca deshacer aquello que nos dio un sentido de pertenencia, una rutina, un dialogo común, una serie de complicidades.

Desarmar y desmontar aquel mundo que nos ha albergado por un tiempo es una tarea para valientes