Llegué a este libro de Daniela Catrileo porque Clyo Mendoza la recomendó y tengo que agradecerlo. Me gustó mucho el estilo en el que están narradas las tres historias, que tienen una protagonista en común, y de la que conocemos tanto su infancia en los barrios periféricos a Santiago, como su adultez en medio de la dictadura militar de Pinochet y su despertar político que la colocó como partidaria del anarquismo. En el centro de la historia la amistad entre dos niñas.
Además, la protagonista y su amiga son hijas de padres mapuche, por lo que el contexto no sólo está atravesado por la pobreza, sino también por el racismo. Finalmente, permite conocer más de Chile y descubrir las similitudes guardadas con otros países de America Latina. A mí me ha hecho pensar tanto en los barrios periféricos de la Ciudad de México y la propia migración familiar hacia ese centro del país.