Para ello, Habermas replantea, en un primer momento, el estatuto del conocimiento y de la crítica al positivismo, que es en lo que trabaja hasta la publicación de Conocimiento e interés, en 1968.2 En un segundo momento, construye esa ciencia buscada, una ciencia social crítica capaz de contener a la vez un potencial racionalizador y emancipador. Es lo que desarrolla en Teoría de la acción comunicativa,3 de 1981, y que aplicará, en distintos ámbitos a partir de entonces y hasta hoy. La teoría de la acción comunicativa es la máquina teórica con la que intenta disolver la paradoja de la modernidad, romper su círculo aporético y reabrir su camino desde bases filosóficas y científicas nuevas.