Carrie Jenkins

Quizá todavía estaba enamorada, pero me inclinaba a sentir como si mi tristeza fuera una especie de situación de fracaso para mis relaciones. El amor bueno, el amor ideal, debería ser feliz para siempre, ¿no?

le dice a una filósofa que la ama, más vale que se prepare para definir los términos empleados.

Es gracioso porque es verdad. Bueno, algo así. Algunos filósofos dedican la totalidad de su vida profesional a cuestiones de definición o al análisis de conceptos. Y no es una patología. Es importante. Coloque bajo el microscopio un concepto como el de amor y verá lo vago y borroso que es. La cantidad de capas que tiene. Dónde están los elementos espinosos. De repente, patrones invisibles a simple vista se vuelven objetos de estudio fascinantes.

Si le dice a una filósofa que la ama, más vale que se prepare para definir los términos empleados.

Es gracioso porque es verdad. Bueno, algo así. Algunos filósofos dedican la totalidad de su vida profesional a cuestiones de definición o al análisis de conceptos. Y no es una patología. Es importante. Coloque bajo el microscopio un concepto como el de amor y verá lo vago y borroso que es. La cantidad de capas que tiene. Dónde están los elementos espinosos. De repente, patrones invisibles a simple vista se vuelven objetos de estudio fascinantes

Si volvemos la vista atrás a los poemas de amor de Shakespeare, por ejemplo, encontramos mucho más énfasis en la belleza física de la persona amada. Muchos de los sonetos consisten enteramente en tentativas de convencer a la persona amada de que tenga hijos ya, para que su belleza se pueda transmitir a la siguiente generación, o porque pronto será vieja y fea (ninguna de las cuales me llama la atención porque sean formas románticas de convencer a alguien de que se vaya a la cama contigo).

Todos los mensajes procedentes de la cultura en la que vivo me decían lo que siempre me habían dicho: que estar enamorada consistía en estar feliz. Ser feliz para siempre. Feliz con alguien. Felices juntos.

Yo tenía algunas preguntas. ¿Qué pasa si no soy feliz? ¿Qué pasa si estoy triste? O, peor aún, deprimida. ¿Significa eso que ya no estoy enamorada?

Estar triste, incluso desconsoladamente triste, no significa que no se pueda amar: a nuestra pareja, a nuestro país o, incluso, a la humanidad.

«Si el Día del Juicio Final irrumpe mientras estás plantando un nuevo árbol, sigue y termina de plantarlo».

la filosofía, las mujeres son un obstáculo para la imagen que esta tiene de sí misma de hiperracional, hiperlógica, hipercientífica... cualidades todas ellas codificadas como masculinas. Esta disciplina académica representa su historia como un desfile de «grandes hombres»: Sócrates, Platón, Aristóteles, Kant, Wittgenstein, Nietzsche.

Como dijo con mucha crueldad Samuel Johnson, «una mujer que se pone a predicar es como un perro que sabe caminar solo con las patas de atrás. No lo hace bien, pero sorprende que lo haga».

No puedo vivir de mis logros (los que sean) porque no van a llevarme adonde voy. Ni siquiera cerca.