La base psicológica de todo duelo y luto es el apego. El apego y la dependencia se producen porque nos sentimos incompletos dentro de nosotros mismos; por lo tanto, buscamos objetos, personas, relaciones, lugares y conceptos para satisfacer nuestras necesidades internas. Como los utilizamos inconscientemente para satisfacer nuestra necesidad interna, llegamos a identificarlos como «míos». La pérdida del objeto o de la persona se experimenta como una pérdida de nuestro propio yo y de una parte importante de nuestra economía emocional.