Sobre la confianza

las expectativas positivas tienen como función no sólo hacer que la persona sea capaz de reconocer su inevitable dependencia de otras personas, sino, también, que ello no implica abdicar a su capacidad de discernimiento.

una persona se abandona, se expone a otra porque tiene expectativas positivas respecto de esa persona. De lo contrario, ese abandonarse se reduciría a tomar riesgos a partir de un cálculo, o a una forma de la temeridad.

Por eso, una primera persona que confía en una segunda persona se vuelve «de alguna manera», «en alguna medida» —no hay que dejar de insistir en esos calificadores—, vulnerable: abre la puerta a la posibilidad de daño.

1. P se expone a Q para que Q se haga cargo de bienes suyos (los cuide, los defienda, los proteja, los socorra...), o condición de dependencia.
2. P se otorga juicio para atribuir a Q ciertas cualidades, capacidades... y, por consiguiente, juicio para hacerse cargo de (para cuidar, defender, proteger, socorrer...) los bienes puestos a su cuidado, o condición de discernimiento.
3. P anticipa que Q no le quiere hacer daño y aprecia los bienes confiados, o condición de las expectativas positivas.

En el miedo se espera que algo vaya a suceder y se quiere o, más bien, se anhela que no suceda. Por el contrario, en la confianza se espera que algo vaya a suceder y se quiere, se anhela que suceda.

De esta manera, entre otros efectos, la práctica de prometer instaura cierta coordinación interpersonal: al recibir la promesa de P, Q sabe o, al menos, cree saber a qué atenerse en algunos fragmentos de su futuro.

A partir de los fracasos de la confianza general, prerreflexiva, surgen formas reflexivas.

en las situaciones en que se firma un contrato, la confianza se desplaza parcialmente: se confía en el otro firmante del contrato, pero también en la autoridad de la ley que respaldan las penalizaciones.

Una vez rota la confianza general, tenazmente aparece un confiar segundo. Este no es pasivo ni espontáneo, sino reflexivo y, por lo tanto, activo, y se constituye con prácticas de confiar como confianzas no generales, sino particulares y singulares.

Cuanto más en P una creencia c tenga uno o varios tipos de ramificaciones con otras c1, c2...cn y cuanto más éstas de algún modo se relacionen con actitudes morales, políticas o religiosas, tanto más difícil será para P sustituir c