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Maylis de Kerangal

Reparar a los vivos

  • Yatzel Roldánhas quoted6 days ago
    Révol rememora las representaciones de cadáveres que conoce, y son siempre imágenes de Cristo, cristos crucificados de cuerpos lívidos, las frentes arañadas por la corona de espinas, clavados de pies y manos en maderas negras y relucientes, o cristos echados con la cabeza hacia atrás y los párpados entornados, lívidos, descarnados, las caderas ceñidas con un escueto sudario estilo Mantegna, es El cuerpo de Cristo muerto en la tumba de Holbein el Joven –un cuadro tan realista que Dostoievski puso en guardia a los creyentes: mirándolo se exponían a perder la fe–, son esos reyes, esos prelados, esos dictadores incensados, esos cowboys de cine desplomados en la arena y filmados en primer plano, recuerda entonces esa foto del Che, crístico precisamente, y también él con los ojos abiertos, exhibido en una puesta en escena mórbida por la junta boliviana
  • Yatzel Roldánhas quoted7 days ago
    dan un paso y se abrazan, un abrazo demencialmente fuerte, como si se aplastasen el uno en el otro, las cabezas comprimidas como para henderse el cráneo, los hombros triturados bajo la masa del tórax, los brazos doloridos a fuerza de oprimirse, se amalgaman en las bufandas, las chaquetas y los abrigos, la clase de abrazo que uno se da para ser una roca ante el ciclón, para ser una piedra antes de saltar al vacío, una cosa de fin del mundo en cualquier caso, cuando al mismo tiempo, exactamente al mismo tiempo, es también un gesto que los reconecta –sus labios se tocan–, acentúa y elimina su distancia, y cuando se liberan, cuando se desasen por fin, sorprendidos, extenuados, son como náufragos.
  • Yatzel Roldánhas quoted10 days ago
    diecinueve años de secuencias mnemónicas, mantenerlas a distancia.
  • Yatzel Roldánhas quoted13 days ago
    Se ha colocado en el centro de la estancia –siempre en el mismo sitio–, el peso del cuerpo repartido entre los dos pies, la espalda erguida, los hombros ligeramente echados hacia atrás, la caja torácica expandida para despejar el pecho y el cuello, una vez estabilizado ha efectuado lentos movimientos circulares con la cabeza para flexibilizar las cervicales, ha repetido esas mismas rotaciones con cada hombro y se ha esforzado en visualizar la columna de aire que lo conforma, desde la boca del estómago hasta la garganta, ese conducto interno que propulsa la respiración y hará vibrar sus cuerdas vocales, perfila su postura. Finalmente abre la boca, un horno –un poco curioso en ese instante, vagamente ridículo–, llena de aire los pulmones, contrae la cintura abdominal, luego espira como si abriera un pasaje, y prolonga la acción lo más posible, movilizando el diafragma y los cigomáticos –un sordo hubiera podido oírlo con sólo imponer las manos sobre él–.
  • Yatzel Roldánhas quoted15 days ago
    observa cómo la acción de cantar lo concentra y lo atrapa, lo erige en cuerpo humano y, lo que es más quizá, en cuerpo cantante. Es un renacer.
  • Yatzel Roldánhas quoted15 days ago
    Al descubrir el canto, descubre su cuerpo, sucede de ese modo. Como el aficionado al deporte tras una jornada intensa –carrera pedestre, ciclismo, gimnasia–, experimenta tensiones desconocidas hasta la fecha, nudos y corrientes, puntos y zonas, como si se revelasen, provenientes de su persona, potencialidades inexploradas de sí mismo.
  • Yatzel Roldánhas quoted15 days ago
    cediendo a la presión de sus acompañantes, escoge una pieza, una cosa breve, una cosa sencilla –creo que era It’s a Heartache de Bonnie Tyler–, llegado su turno sube al escenario, y al hacerlo se metamorfosea lentamente: su cuerpo abúlico se va situando, brota una voz de su boca, una voz que es la suya pero que desconoce, timbre, textura y tesitura increíbles, como si su cuerpo albergara otras versiones de sí mismo –una fiera listada, un acantilado vivo, una mujer de la vida–, cuando el pinchadiscos evidentemente no se ha equivocado, cuando el que canta es él, y entonces, adoptando su voz como su firma corporal, como la forma de su singularidad, decide conocerse y comienza a cantar.
  • Yatzel Roldánhas quoted15 days ago
    Observando la escena, cabría ver en ello un vínculo con la salutación al sol o la alabanza matutina de los monjes y monjas, ese lirismo del alba; cabría ver también un ritual corporal dedicado al cuidado y conservación del cuerpo –beber un vaso de agua fresca, cepillarse los dientes, desenrollar una alfombra de goma frente al televisor para hacer gimnasia–, cuando en el caso de Thomas Rémige se trata de algo totalmente distinto: una exploración de sí mismo –la voz como una sonda introducida en el cuerpo que refleja todo cuanto lo anima, la voz como un estetoscopio.
  • Yatzel Roldánhas quoted19 days ago
    habla lentamente, aspirando aire con frecuencia, para implicar en ello su cuerpo, involucrarlo en sus palabras, convertir el diagnóstico en empatía, habla como si cincelase una materia, y ahora se miran a los ojos, están frente a frente, es eso, eso nada más, un frente a frente total, y éste se realiza a la perfección, como si hablar y mirarse fuesen el anverso y el reverso de un mismo gesto, como si de lo que se tratase fuera tanto de hallarse frente a frente como de enfrentarse con lo que acontece en una de las habitaciones del hospital.
  • Yatzel Roldánhas quotedlast month
    Ahora hay que colocar catéter arterial, electrodos en el tórax, sonda urinaria, y poner en marcha el aparato, donde aparecerán las constantes vitales de Simon –líneas de colores rectas o quebradas, derivaciones rayadas, ondulaciones rítmicas: morse de la medicina–
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