es
Books
Martin Amis

La información

Richard Tull y Gwyn Barry son escritores, ambos al filo de los cuarenta años, y amigos desde siempre. Richard fue el primero en probar las mieles del triunfo, publicó su primera novela cuando era una joven promesa, mientras el opaco Gwyn redactaba laboriosos artículos para enciclopedias. Pero el tiempo ha pasado, y ahora es Richard quien vive en los márgenes del mundillo literario, con sus difíciles novelas experimentales olvidadas por todos. Gwyn ha alcanzado la fama en el mundo entero con una ingenua y seductora utopía New Age, y se lo disputan editores y agentes literarios. Consumido por la envidia y acosado por «la información» que le llega en las noches –ese rumor que comienza a oírse a los cuarenta años y nos habla de la certeza de la muerte–, Richard instrumenta un plan para fastidiar a Gwyn. Pero no sabe que la empresa es poco menos que imposible; los triun-fadores, como los idiotas, son seres olímpicos e invencibles… Una novela deslumbrante; satírica y sumamente divertida, pero con un trasfondo de absoluta negrura.
583 printed pages
Original publication
2008
Publication year
2008
Have you already read it? How did you like it?
👍👎

Quotes

  • Haroldo Piñahas quoted2 days ago
    Richard Tull lloraba en sueños. La mujer que estaba a su lado, su esposa Gina, se despertó y se volvió. Se acercó a su espalda y le puso las manos en los pálidos y tensos hombros. En sus parpadeos, ceños y murmullos había cierto profesionalismo: como el socorrista de la piscina, adiestrado en primeros auxilios; como la persona que cabecea sobre el asfalto ensangrentado, un Cristo del boca a boca a horcajadas sobre la víctima. Era mujer. De lágrimas sabía mucho más que él. No conocía las obras juveniles de Swift, ni las seniles de Wordsworth, ni las diversas suertes que Crésida corrió a manos de Bocaccio, Chaucer, Robert Henryson, Shakespeare; no sabía quién era Proust. Pero sabía de lágrimas. Gina conocía perfectamente el llanto.

    –¿Qué te pasa? –preguntó.

    Richard se llevó a la frente el brazo doblado. El suspiro que dio fue complicado, orquestal. Y en su gemido se oyeron caer lejanas gaviotas por sus pulmones.

    –Nada. No es nada. Solo un mal sueño.

    O algo parecido.

    Al cabo de un rato ella también suspiró y se dio la vuelta, apartándose de él.

    De noche tenía la cama el olor a toalla del matrimonio.
  • Haroldo Piñahas quoted2 days ago
    De noche en las ciudades, lo noto, hay hombres que lloran en sueños y luego dicen Nada. No es nada. Solo una pesadilla. O algo parecido... Desciendan en la nave del sollozo, con analizador de lágrimas y sondas de llanto, y darán con ellos. Las mujeres –ya sean esposas, amantes, musas demacradas, niñeras gordas, obsesiones, devoradoras, ex, némesis– se despiertan y, con femenina urgencia de saber, se vuelven hacia esos hombres y preguntan: «¿Qué te pasa?» Y los hombres contestan: «Nada. No es nada, de verdad. Solo una pesadilla.»

    Solo una pesadilla. Sí, claro. Solo un mal sueño. O algo parecido.
  • Haroldo Piñahas quoted2 days ago
    Richard estaba echado, con Marco, en la tumbona pelada pero aún con aspecto elegante; la mejilla del niño descansaba en el resonante pecho del padre, que leía en voz alta pasajes de El libro de la selva; y leía extraordinariamente bien...

On the bookshelves

fb2epub
Drag & drop your files (not more than 5 at once)