Muchos psicólogos han llegado a la conclusión de que nadie nace con este trastorno, sino que es un proceso de desarrollo muy lento, lleno de muchos episodios desafiantes que finalmente terminan en un TLP pleno.
Sin embargo, otros investigadores muestran que, en algunas familias, el TLP es un trastorno que sucede generación tras generación, ya que los hijos de padres TLP heredan muchos genes que los hacen más susceptibles de desarrollar este trastorno.
El el tipo de ambiente en el que se desarrolla el niño tiene mucha importancia y puede ponerlo en riesgo de desarrollar TLP. Por ejemplo, una persona que fue abusada de niño puede tener mayor riesgo de desarrollar TLP y cuando crezca, tendrá mayor riesgo de tener problemas como padre. Un padre que padece síntomas de TLP encontrará difícil ser eficiente como tal, especialmente cuando a su vez creció en una familia problemática y no tiene buenos modelos a seguir.
Cuando se trata de TLP, no hay garantías, no hay garantía de que los hijos de un TLP vayan a desarrollar la enfermedad, así que para reducir el riesgo de que un niño desarrolle síntomas de TLP lo único que se puede controlar