Hoy no he hecho nada

Creo que los mejores días no son aquellos en los que consigo tachar todas las cosas de mi lista de pendientes o cumplir el horario perfecto, sino en los que me ocurre algo inesperado, una sorpresa, un coqueteo, una nueva idea, una conexión con una nueva persona. Solo cuando la torre se ha derrumbado podemos apreciar cada bloque concreto, en vez de centrarnos únicamente en la forma más perfecta de apilarlos.

La rutina aspiracional en la que depositamos nuestras esperanzas de ser mejores es más bien un espejismo. Aunque nos esforzamos por llegar a ella, rara vez conseguimos alcanzar su promesa, y la razón es la inherente variabilidad que tienen nuestros días, nuestra energía, nuestros intereses, nuestras interacciones y el caos de nuestra cotidianidad. Una vida perfectamente ordenada quedará siempre fuera de la imperfecta realidad de nuestra vida diaria.

El tiempo es un lujo del que mucha gente no dispone, y también lo es la rutina.