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Roberto Calasso

La literatura y los dioses

  • Adal Cortezhas quoted10 days ago
    ¿De qué hablan los escritores cuando nombran a los dioses? Si esos nombres no pertenecen a un culto –ni siquiera a ese culto traslaticio que es la retórica–, ¿cuál es su modo de existencia? «Los dioses se han vuelto enfermedades», escribió Jung, con luminosa ferocidad.
  • Adal Cortezhas quoted10 days ago
    Todo lo que existe está compenetrado por dos potencias invisibles –«mente», manas, y «palabra», vāc–, pareja de gemelos que tienen la característica de ser al mismo tiempo «igual», samāna, y «distinta», nānā. La obra ritual –es decir, cualquier obra– consiste, en primer término, en impedir que esta característica se anule en la pura indistinción. Por eso a «mente» y a «palabra» se asignan utensilios rituales ligeramente distintos: para una se deberá usar un cucharón, para la otra una cuchara de madera con el mango curvo. Deben ofrecerse dos libaciones distintas, que «son mente y palabra: por eso él separa mente y palabra la una de la otra; y así mente y palabra, a pesar de ser iguales, samāna, son sin embargo distintas, nānā». Hay empero un aspecto bajo el cual mente y palabra divergen drásticamente: la extensión. «Mente es mucho más ilimitada y palabra es mucho más limitada». Estas dos entidades pertenecen a dos niveles distintos de aquello que es, pero para actuar con eficacia deben aparearse, uncirse. Por sí solas, mente y palabra son impotentes, o al menos insuficientes para transportar la ofrenda hasta los dioses. El caballo de la mente debe dejarse enjaezar con la palabra, con los metros; de otra forma se perdería.
  • Adal Cortezhas quoted11 days ago
    Al final, Hölderlin ya no teoriza. Si precisa emitir un juicio, escribe que algo es «prächtig», «espléndido»: la «vida» misma, o también el «cielo». No tiene más ambición que observar y nombrar a la naturaleza en sus manifestaciones más comunes, a veces también en las más raras. Como los cometas: «¿Quisiera yo ser un cometa? Es posible. Porque tienen la velocidad de los pájaros; florecen del fuego y son por su pureza como niños. La naturaleza del hombre no puede atreverse a desear algo más grande.»
  • Marta Rimoldihas quoted4 years ago
    se extendía una distancia no espacial, sino especulativa.
  • Marta Rimoldihas quoted4 years ago
    Zeus ya no se mostraba a los hombres, sino que enviaba a otros olímpicos a la palestra: Hermes, Atenea, Apolo.
  • Marta Rimoldihas quoted4 years ago
    Cuando estalla la guerra de Troya, los dioses ya no frecuentaban tanto la tierra como en tiempos pasados.
  • Marta Rimoldihas quoted4 years ago
    engarce de gestos y palabras,
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