No es sorprendente que en los caracteres griegos se usara algún tipo de sistema proporcional. Ya a finales del siglo VI a. C., Pitágoras había advertido que detrás de los intervalos musicales están los números; él y sus seguidores habían difundido el concepto de proporciones armoniosas a muchos fenómenos. Después, a finales del siglo V, Policleto, en su influyente canon estético, había argumentado que la belleza reside en la conmensurabilidad de las partes, una con otra y cada una con el conjunto.